1 En aquel tiempo dijo Henoc: Al llegar a los ciento sesenta y cinco años engendré a mi hijo Matusalén y después viví doscientos años más hasta cumplir los trescientos sesenta y cinco. 2 En el mes primero, en el día designado del primer mes, en el primer día me encontraba yo, Henoc, solo en casa y descansaba en mi lecho durmiendo. 3 Y durante el sueño invadió mi corazón una gran pena, hasta el punto de que exclamé llorando a lágrima viva: «¿Qué cosa querrá decir esto?» 4 En esto se me aparecieron dos varones de una estatura descomunal, tal como yo no había tenido ocasión de ver sobre la tierra. 5 Su faz era como un sol refulgente, sus ojos semejaban antorchas ardiendo y de sus labios salía fuego; sus vestidos eran como […] con abundancia de púrpura; sus alas brillaban más que el oro, y la blancura de sus manos superaba a la de la nieve...........

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